Estimados amigos, en mi humilde opinión existen unas 100 piezas del repertorio musical clásico que considero imprescindible conocer para conseguir una cultura musical básica. Hoy os dejo con la primera que he escogido:
«Sinfonía núm. 6 de P. I. Tchaikovsky»
Estrenada el 28 de octubre de 1893, esta obra será la última del compositor ruso.
Tchaikovsky pertenece a finales del romanticismo; las obras de este movimiento no se pueden entender sin un análisis psicológico del compositor. Intentar llevar a cabo el mismo punto de vista psicologista o autobiográfico en todas las épocas y obras, es un grave error que nos lleva a confusiones y graves errores de interpretación. Pero a Tchaikovsky, y en esta obra en particular, hay que acercarse conociendo cuál es su mundo interior para poder comprenderlo en toda su profundidad.
El mismo compositor reconocerá en una carta enviada a su sobrino, que esta sinfonía tenía intenciones programáticas autobiográficas.
En esta sinfonía, desde el primer movimiento, se puede observar un ánimo roto en el que conviven la necesidad de convencionalismo social con el encubrimiento, por parte de Tchaikovsky, de sus tendencias sexuales poco claras hasta día de hoy. Homosexual o frígido? Quizás nunca podremos responder a la pregunta, del mismo modo que tampoco supo contestarla él mismo. El hecho quizás tampoco es tan importante; lo más importante es saber que ésto era vivido como una contradicción vital y lo llevaba a una situación de debilidad psicológica inmensa.
De toda la sinfonía que os recomiendo escuchar con atención, el primero y el cuarto tiempo son los que hacen más evidente esta desesperación, mientras el segundo hace evidente el mundo de delicadeza y elegancia tan propios de la Rusia del s. XIX y que tanto gustaban al compositor.
El cuarto tiempo merece una mención especial ya que rompe con el típico final triunfal de las sinfonías, que Tchaikovsky deja en el tercer tiempo, por un Adagio lamentoso en el que la renuncia a la lucha vital se hace evidente a través del motivo inicial en escala descendente a cargo de las cuerdas que se convierte en su carácter autobiográfico, un verdadero Requiem.
Lo cierto es que Tchaikovsky murió 9 días después del estreno. Muerte de cólera, suicidio? Otra incógnita en la vida del genio … nunca lo sabremos. Por lo que a mí respecta, creo que murió de cólera, así se dijo oficialmente y, por lo que sé, con los síntomas propios de la enfermedad. Hay quien dice que murió de cólera tomando un vaso de agua contaminada a conciencia … quién lo sabrá. Lo que sí sabemos es que Tchaikovsky, con esta obra, nos dejó uno de los monumentos más grandes de todo el romanticismo tardío.
Aquí os dejo un magnífico documento de Karajan con la Filarmónica de Viena interpretando la Sinfonía comentada!
Jordi Tomás Muñoz
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